Este maravilloso reto tiene varios padres, uno de ellos es Sebastián Cebrián, autor del libro Supera tu cima, en el que, de un modo maravilloso, relata su experiencia vital durante el ascenso a la cima del Kilimanjaro. Sebastián nos pidió, a Carlota Castrejana y a mi, que le acompañásemos en la presentación de su libro. Por aquel entonces no le conocía, pero acepte encantada y pude descubrir a una persona excepcional, disfrutar de su obra e iniciar una bonita amistad.
¿Por qué no subimos al Kilimanjaro contigo?
El destino quiso que allí también estuviese Julian Corredera, amigo de aventuras y desventuras de la universidad. Al termino de la presentación, tomando algo, fue cuando a Julian, que me conoce de lejos, se le ocurrió preguntarme ¿por qué no subimos al Kilimanjaro contigo? Al principio, lo confieso, le dije que no. No me motivaba el hecho de llegar a ser la primera mujer en subir a la cima, ni volver a introducirme en hazañas deportivas. Por aquel entonces estaba muy inmersa en la asociación Bey proAction, que fomenta los valores del deporte y de la cultura, desde un enfoque proactivo de la solidaridad. Ya había vivido cinco Juegos Paralímpicos y lo que buscaba era tranquilidad, ubicar mi vida en una actividad que me permitiese labrarme un futuro con mi pareja y desde la que pudiera ayudar a los demás.
Justo después, sufrí tres operaciones quirúrgicas que me paralizaron durante casi dos años. Ellos continuaban animándome una y otra vez durante sus visitas al hospital, ya que veían era muy apropiada esta experiencia para mi carácter y forma de vida. Cuando estás en la cama de un hospital no puedes mover tu cuerpo, pero tu mente vuela, y ésta empezó a llevarme, sin querer, a la cima. Fue entonces cuando empecé a pensar que, si lo conseguía, un reto así, tan grande, podría ayudar a mucha gente. Demostrar que todos podemos alcanzar nuestras cimas y permitirme lograr muchas cosas alrededor del reto, de manera que, al final, lo más importante no fuese la cumbre, sino disfrutar el camino. Si lograba dar el enfoque solidario, humano y social, que yo quería, iría hacía la cima. Este fué el origen del reto.
Estos días celebramos el Día del Padre. La palabra «padre» viene del término hebreo av y el griego pa‧tḗr y se refiere al originador de algo. Por ello, he querido dedicar estas líneas a los originadores del reto «Cumbre Bey-Kilimanjaro Challenge» y rendirles mi humilde homenaje y agradecimiento por encaminarme hacia el Reto de Retos y hacerlo con todo lo que ello implica. Porque padre no es sólo el que engendra, es el que cría. Si abandonase a la cría antes de que esta pueda valerse por si sola, no cumpliría todas las funciones de padre como tal. Padre es quien te forma, quien te mentoriza y quien te guía, es el que te acompaña, te alienta a superar las dificultades, comparte tus alegrías y quien finalmente celebra contigo el éxito conjunto al alcanzar la cima.
Además de estos padres, debo confesaros que, estos días, siento que mi padre, Cesar Hassen-Bey, está mas presente que nunca. Este reto le fascinaría. Mi padre fue ingeniero y, en un reto con tanta tecnología social, disfrutaría sin duda conmigo; me ayudaría en la elaboración de la silla y los detalles para compartir esas ganas aventuras que he heredado de él. Me gusta pensar que mi padre también me acompaña en este camino hacia la cima.
Dedicado a todos los que sois padres y mentores del reto hacia el Kilimanjaro, en especial a los iniciadores, a todos, ¡gracias!
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